[...]
No sé cómo explicarte lo que nos ha ocurrido. Lo que nos han hecho a ti y a mí. Durante años, llegué a creer que se trataba de una maldición, que estábamos malditos. Pero ahora, la verdad me ha sido revelada. No es una maldición, todo lo contrario. Somos los afortunados. Somos los elegidos. Tú y yo, Sarah.
En ese instante, la carta se me escurrió entre las manos.
- ¿Sara? - repitió Lucy incrédula - No puede referirse a ti. ¿Cómo vas a ser tú? Tú no conoces a ese hombre, porque no lo conoces, ¿verdad?.
[...]
lunes, 9 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario